Qué hacer cuando tu bebé toma pecho y no aumenta de peso

Por lo general, los bebés a los que se les da el pecho aumentan de peso de forma progresiva siempre que se les alimente con frecuencia, como es lógico. 

No obstante, se puede dar el caso de que, pese a que se le está dando el pecho al bebé de forma periódica, este no aumente suficientemente de pecho, seguramente debido a que el niño no esté recibiendo la suficiente leche de la madre por diferentes causas que veremos más adelante.

Es obvio que el niño necesita una nutrición adecuada para poder crecer y estar sano y esto, precisamente, es lo que se debe buscar si te llegas a intuir que tu hijo no está aumentando lo suficiente de peso.

Aumento de peso normal para los bebés a los que se les da el pecho.

El aumento de peso de un bebé tiende a seguir un patrón.

Durante la primera semana, los bebés pueden perder un 10% del peso que tenían al nacer. A las dos semanas de edad, deberán haber recuperado ese peso perdido. Y después de esto, durante los próximos tres o cuatro meses, más o menos, los bebés deberían ganar alrededor de 30 gramos al día.

Por supuesto, cada recién nacido es un mundo. De hecho, algunos niños crecen más lentamente que otros. Por tanto, mientras el niño o niña se amamante bien y sus chequeos médicos sean correctos, un aumento lento pero progresivo, por debajo de los 30 gramos de peso, no debería ser tampoco ningún problema

¿Cuánto debe subir de peso un bebé cada semana?

Si tu recién nacido no ha recuperado su peso de nacimiento en dos semanas tras el parto, o no está aumentando de peso de forma exponencial, esto puede indicar problemas con la lactancia que estén impidiendo al niño recibir la suficiente leche materna.

Pesar al bebé en la farmacia cada semana puede ser un buen indicador para asegurarse que el pequeño va ganando una cantidad saludable de peso (aunque en ningún caso debe esto ser sustitutivo de visitas periódicas al pediatra).

El aumento de peso mínimo habitual en un bebé suele ser el siguiente: Durante las seis primeras semanas de vida: 20 gramos/día (140 gramos/semana). Entre las seis semanas y los cuatro meses: 100-200 gramos/semana.

Razones por las que tu bebé podría no estar aumentando bien de peso

Existen varias razones:

Se debe amamantar al bebé a demanda, al menos, cada dos o cuatro horas durante el día y la noche en las primeras seis a ocho semanas. Si desearas hacerlo más, tampoco habría problema.

-Dar el pecho en sesiones demasiado cortas.

Los recién nacidos se deben amamantar durante 8 a 10 minutos en cada pecho. A medida que tu hijo crezca, no necesitará amamantarse durante tanto tiempo. No obstante, en las primeras semanas, debes tratar de hacerlo en esa proporción de tiempo o, incluso, más. Menos, podría resultar insuficiente.

-Dolor o incomodidad de tu recién nacido

Si tu bebé no se siente cómodo por causa de alguna lesión provocada durante el parto o alguna infección bucal (como candidiasis), es posible que esto esté afectando a su proceso natural de amamantado. Consulta a tu pediatra cualquier situación relacionada con enfermedades o infecciones en las primeras semanas de vida de tu bebé.

-Suministro de leche bajo o retraso en la producción de leche materna

Algunas madres pueden tener un retraso en el inicio de la producción de leche, lo que significa que la producción se ralentice en los primeros días o semanas de vida del niño. Otras madres, en cambio, pueden experimentar un bajo suministro crónico. Esta baja cantidad de leche, por fortuna, a menudo se puede ir aumentando progresivamente de una forma relativamente sencilla. Otras, en cambio, derivan de enfermedades concretas de la madre que deben ser tratadas por un médico.

-Nacimientos prematuros

Los bebés que nacen antes de las 37 semanas pueden no tener la fuerza y energía necesarias para amamantarse bien y obtener toda la leche materna que necesitan. Por otra parte, es posible que también puedan sufrir de ictericia, deshidratación o tener problemas relacionados con el sueño. -Senos demasiado duros o pezones demasiado grandes. Para un niño con la boca pequeña, labio leporino o algún problema en la lengua, puede resultar difícil aferrarse bien a los pezones de su madre si estos, además, son demasiado duros o grandes.

-Ictericia

Los recién nacidos con ictericia pueden tener un tono amarillento en la piel a causa de un exceso de bilirrubina. Esto puede provocar que los bebés tengan mucho sueño y pierdan el interés por recibir el pecho de sus madres. -Reflujo Los bebés con reflujo escupen o vomitan después de comer. No sólo pierden parte de la leche materna, sino que el ácido del reflujo puede irritar la garganta y el esófago, lo que puede hacer que, para ellos, sea doloroso amamantarse.

-Enfermedad

Los bebés con una enfermedad o una infección pueden tener problemas para amamantarse bien. Por este motivo, es posible que no aumenten de peso o incluso que lo pierdan, especialmente si tienen diarreas o vómitos.

-Problemas neurológicos

Los problemas neurológicos, como el síndrome de Down, pueden provocar que el bebé no se alimente adecuadamente por problemas a la hora de aferrarse bien a los pechos de su madre o por succionar de forma incorrecta.

¿Qué hacer si tu bebé aumenta demasiado de peso?

Si te preocupa ver cómo tu hijo gana peso en muy poco tiempo, llévalo al pediatra cuanto antes para que te diga si está en su peso ideal o no en relación a su edad. Algunos consejos para dar el pecho a tu bebé pueden ser: Revisar la postura del bebé a la hora de dar el pecho. Asegúrate de que tu bebé se está sujetando a tus senos correctamente. Puedes pedir consejo al pediatra, la matrona o a alguna amiga experimentada es siempre buena idea. Amamanta con frecuencia. Amamanta a tu bebé cada dos o tres horas y cada vez que muestre algún signo de hambre.

Dado que la leche materna se digiere más fácilmente, los bebés a los que se les da el pecho necesitarán comer con más frecuencia. Evita usar un chupete (al principio).

No uses chupetes durante las primeras cuatro a seis semanas. El chupete puede cansar a tu bebé, por lo que es posible que no se alimente bien cuando le des el pecho. Una vez que el niño este ganando peso, podrás darle un chupete si lo deseas. Mantén despierto al bebé mientras le das el pecho.

Debes tratar de mantenerlo despierto haciéndole cosquillas en los pies, cambiando su posición para que se alimente, cambiándole el pañal, haciéndole eructar, etc, durante los 20 minutos que debe durar cada sesión de amamantado. Corregir los problemas de suministro de leche.

Para corregir estos problemas puedes aumentar la frecuencia para dar el pecho al niño, extraerte la leche entre comidas para dársela después con un biberón o añadir a tu dieta alimentos que puedan favorecer la cantidad de leche que puedes producir. Considera la posibilidad de complementar la leche materna con otra alimentación.

Si tienes un bebé prematuro, puedes amamantarlo primero con tu leche materna y después ofrecerle leche suplementaria cada vez que vayas a alimentarlo. También puedes extraerte la primera leche en un recipiente y darle la última, que tiene más grasa y calorías, lo que puede ayudar a ganar peso a tu bebé.

¿Debes dejar de amamantar?

Si tienes problemas con la cantidad de leche que puedes extraer para alimentar a tu hijo o pezones planos que impidan que el niño pueda mamar bien. Lo mejor será combinar diferentes formatos para alimentarlo correctamente. La fórmula para bebés es una alternativa segura. Y para muchas mamás, es la única manera de asegurarse de que su hijo esté sano y, por tanto, creciendo y ganando peso de forma adecuada y equilibrada. Lograr este objetivo es lo más importante. Si necesitas dejar de darle el pecho por algún motivo médico que te obligue a ello, no lo dudes, en realidad lo haces por tu bien y por el de tu hijo. ¿Quieres contarnos tu experiencia en comentarios?

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