Síntomas del embarazo

La maravillosa máquina del cuerpo humano, en su versión femenina, se encuentra biológicamente preparada para la maternidad. Para una mujer sexualmente activa, el retraso o la ausencia del sangrado menstrual suele ser la primera señal de atención para evaluar su estado de embarazo. Sin embargo, no siempre el sangrado menstrual se interrumpe, por lo que hay que estar atentas a otras señales que conforman los más de 20 síntomas descriptos clínicamente para el embarazo.

Muchas de las señales que se advierten al inicio de la gestación son comunes a dolencias y patologías de diversa índole, por lo que generalmente la mujer embarazada permanece indiferente a las probabilidades de su estado y comienza el tratamiento de los síntomas sin haber descartado su embarazo. Pueden darse situaciones en las que la medicación prescrita por el médico, ante determinada sintomatología que manifiesta la paciente, resulte riesgosa o contraindicada para la salud de la mamá y de su futuro bebé. 

Los síntomas más frecuentes del embarazo

En esta etapa de gestación, el organismo de la madre intenta por distintos medios adaptarse a los cambios en la mayoría de sus sistemas. Por ejemplo, alteraciones de la capacidad pulmonar, cambios anatómicos en el aparato urinario, reorganización de su sistema cardiovascular, adecuación del aparato digestivo y, particularmente, la preparación del sistema óseo y muscular para dar espacio durante nueve meses al bebe en el seno materno.

Todas estas modificaciones en la anatomía de la mujer desarrollan mecanismos de adaptación que, desde el inicio de la gestación, se traducen en una serie de síntomas que ocurren aún antes de que la propia madre advierta su estado de embarazo.

Náuseas

Más del 50% de las mujeres padecen náuseas, e incluso vómitos, durante los primeros tres meses de su embarazo aproximadamente. Esto se debe a que el organismo, en esta etapa, produce una hormona llamada gonadotropina cariónica humana, también llamada HCG (GCH en inglés). Es la principal causa de las náuseas matutinas o producidas como una reacción involuntaria ante algún aroma que resulta particularmente desagradable en este estado (café, tabaco, flores u otros).

Este malestar, propio de las embarazadas, se hace más notable durante las mañanas, al despertar. Para evitarlo se recomienda ingerir algún alimento seco y salado (como una galletita, unas semillas) antes de incorporarse de la cama.

Así mismo, durante el día se aconseja aumentar la ingesta de alimentos ricos en Zinc (cereales integrales, lácteos, legumbres y pescado) que colaboran en la disminución de las sensaciones de náuseas. También evitar las bebidas dulces, los alimentos ricos engrasas o conservados en lata y las frituras.

A partir del segundo trimestre de gestación, la producción de HCG disminuye notablemente y con ello, las náuseas tienden a desaparecer.

Sueño, cansancio y mareos

La sobrecarga del sistema circulatorio es uno de los muchos cambios que se presentan en el organismo en las primeras semanas de embarazo. El corazón debe funcionar más para contribuir a la formación de la placenta y transportar nutrientes para el desarrollo de una nueva vida alojada en el interior del útero materno.

Este incremento de actividad consume más energía de lo habitual por lo que, en respuesta a ello, la futura mamá siente sueño a toda hora. La sensación de fatiga constante y la presencia de mareos intermitentes sin razón aparente, debería alertarnos sobre la ocurrencia de un posible embarazo.

Deseos de orinar con mayor frecuencia

Hacia la sexta semana de embarazo, ya la hormona del embarazo (HCG) reina en el organismo, el sistema circulatorio incrementó su actividad y llega más rápidamente la sangre a los riñones acelerando el filtrado y la producción de orina. Sumado a ello, el útero presiona cada vez más a la vejiga, ganando cada vez más espacio para cobijar al bebé. Pues no podría ser de otro modo, la futura mamá siente deseos de orinar con bastante mayor frecuencia que antes de embarazarse.

Este es uno de los síntomas más comunes, y sumado a otros como náuseas, sangrado menstrual irregular o atípico, mareos y cansancio, envía señales claras del estado de embarazo.

Consumir abundante agua, no retener la orina e ingerir alimentos ricos en potasio (banana, batata, papa, yogurt, espinacas, damascos, chauchas, entre otros) contribuye a un mayor bienestar de la mamá y de su bebé.

Flujo vaginal rosáceo

El flujo vaginal es un líquido semi espeso que producen las glándulas ubicadas en las paredes internas de la vagina y del cuello del útero. Su función es lubricar esa zona y proteger el interior de infecciones y bacterias.

Cuando se advierten alteraciones en el color, textura y olor de esta sustancia es recomendable realizar la consulta a un especialista ya que son diversas la causas que puede producir esta alteración.

Sin embargo, cuando conserva su olor natural pero cambia su color transparente o blanquecino a rosáceo, el universo de causas posibles se reduce drásticamente ya que es señal de ovulación, final del período menstrual o embarazo, principalmente.

Este cambio de apariencia en el flujo vaginal se debe a la presencia de pequeñas cantidades de sangre que resultan de la implantación del óvulo fecundado en el útero. La sangre, apenas perceptible, derrama hacia el cuello del útero y se mezcla con la segregación de las glándulas internas.

No obstante, se recomienda en todos los casos descartar las causas a través de una consulta con el médico ginecólogo. 

Dolor abdominal

Durante las primeras semanas de gestación, el cuerpo femenino se prepara instintivamente para expandir huesos y músculos que darán lugar al crecimiento del útero donde se aloja el bebé. Este reacomodamiento estructural del organismo produce molestias y dolor abdominal leve a moderado que, sumado a la aparición de otros síntomas es una clara señal de embarazo.

Las causas de este dolor son por lo general benignas y propias del estado general del organismo durante los nueve meses previos al parto. Para identificar el probable origen de estas molestias abdominales se debe prestar atención a sus características: son dolores intermitentes, leves a moderados, aparecen cada vez con mayor frecuencia con el paso de los meses. También pueden estar asociados al exceso de gases y la constipación que suelen caracterizar la etapa de gestación.

Si la molestia o dolor abdominal se vuelve intensa o de forma permanente deberá ser controlada por el médico especialista ya que puede deberse a otras causas que es conveniente explorar.

Éstos son algunos de los síntomas más frecuentes durante las primeras semanas del embarazo, si tienes una vida sexual activa y notas estas señales en tu organismo, realiza tu consulta médica a la brevedad.

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