Beneficios de la lactancia materna
¿Estás en estado y te preocupa cómo vas a alimentar a tu bebé en sus primeros meses de vida? O, en cambio, no lo estás pero tienes dudas en relación a la forma en la que deberías alimentar a tu bebé en sus primeros años de vida… En ambos casos, ¡Enhorabuena!, porque hemos redactado este post en nuestro blog para que estés completamente informada o informado de los beneficios de darle el pecho a tu recién nacido y, de paso, aclarar algunos mitos y leyendas en torno a la naturaleza de esta opción.
Recuerda que en España, más del 80% de las madres optan por esta alternativa natural, y lo hacen convencidas por estas seis certezas:
- La leche materna está perfectamente diseñada para alimentar el bebé.
- Le protege de infecciones y enfermedades.
- Proporciona beneficios para su salud y la tuya.
- Está disponible siempre que la necesiten.
- Crea un fuerte vínculo emocional entre ambos.
- La leche de fórmula no proporciona la misma protección contra las enfermedades y tampoco ningún beneficio concreto para la salud.
Beneficios de la lactancia materna para la salud de tu bebé
Son muchos y variados. Piensa que cuanto más tiempo estés alimentando a tu hijo con tu leche materna, más y mejores serán los efectos positivos sobre su organismo y desarrollo físico. De hecho, algunos de ellos se extenderán notablemente hasta que alcance la vida adulta.
Para empezar, los bebés alimentados a base de leche materna tienen menos posibilidades de desarrollar ciertas enfermedades como por ejemplo:
- Infecciones, diarreas y vómitos (lo que implicará menos visitas al hospital)
- Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
- Leucemia infantil
- Obesidad
- Enfermedad cardiovascular en la edad adulta
Como ves, no se trata de cualquier decisión. Y lo recomendable, en cualquier caso, es prolongar el amamantamiento hasta, por lo menos, los 6 primeros meses de vida de tu bebé (unas 26 semanas). Pasado este tiempo, según las pautas que te recomiende el pediatra, podrás introducir y combinar la lactancia con otros alimentos si lo deseas, durante el periodo que tú misma consideres. No obstante, es importante saber que la leche materna se va adaptando en nutrientes para satisfacer las necesidades de tu hijo a lo largo del periodo de lactancia; por lo que siempre es buena idea seguir ofreciéndole el pecho.
¿Cuáles son los beneficios para tu salud si optas por la lactancia materna?
Dar el pecho no sólo tiene importantes mejoras para la vida de tu recién nacido sino que también repercute en tu propia salud y bienestar personal. Por eso, es necesario saber que la lactancia proporciona a la madre múltiples beneficios y contribuye a la prevención enfermedades como por ejemplo:
- Cáncer de mama
- Cáncer de ovario
- Osteoporosis (huesos débiles)
- Enfermedad cardiovascular
- Obesidad
Además, cuanto más tiempo estés amamantando a tu pequeño/a, mayores van a ser los beneficios y menores los riesgos de desarrollar ciertas patologías.
Rompiendo algunos mitos con hechos:
Trata de influenciarte lo menos posible por las supercherías o la mitología en torno a la lactancia materna. Muchos de estos rumores no son más que estereotipos basados en inseguridades y deformaciones de la realidad que nada tienen que ver con lo que verdaderamente vas a experimentar.
Algunas mujeres suelen pensar que “muchas no lo hacen” y que, en general, no es ni mejor ni peor que otras fórmulas menos naturales por las que, por supuesto, también se puede optar; pero esto no es cierto. La realidad es que más del 80% de las mujeres españolas sí amamantan a su bebés recién nacidos y que el mismo porcentaje de retoños continúan alimentándose de la leche de sus madres, al menos, durante los siguientes tres meses de vida.
Pechos caídos
Por otra parte, una de las leyendas más extendidas en torno a esta práctica natural es que, irremediablemente, las madres ven caer sus pechos al acabar el tiempo de lactancia, pero esto, de nuevo, no es verdad. La lactancia no hace que tus senos se caigan, son las hormonas del embarazo las que pueden estirar los ligamentos que sostienen los senos, y esto tiene solución si se usan sujetadores con suficiente holgura durante el embarazo. En cualquier caso, la acción de amamantar nunca será la causa que provoque flacidez en tus pechos.
Es posible que, también, hayas escuchado que a la gente no le gusta la visión de una mujer amamantando a su hijo en un lugar público. Que es de mala educación o que puede resultar, de algún modo, incómodo a ojos extraños. Afortunadamente, esto no es así. Y, de hecho, cuantas más madres sientan el orgullo y la comodidad de alimentar a sus hijos en un lugar público, menos le importará a nadie. Hoy en día existen multitud de prendas que permiten que lo hagas sin necesidad de enseñar tus pechos o sentirte observada por desconocidos. No hay nada obsceno en un acto de amor tan hermoso como es el de alimentar a tu bebé.
Llegados a este punto, entramos en una de las ideas más populares y arraigadas de cuantas se pueden oír por la calle o en un círculo de amistades. Un viejo aforismo cargado de “mala leche” como es pensar que “la leche de fórmula es básicamente lo mismo que la leche materna”. Cabe destacar que los alimentos para bebés en España pasan por extrictos controles de calidad. Casi todas las fórmulas para bebés están hechas con leche de vaca, con nutrientes que intentan parecerse lo más posible a la leche materna, pero en ningún caso aportan las sustancias beneficiosas que hacen que la leche materna sea única y la opción más sana.
Otra casuística muy arraigada es la creencia de que muchas mujeres no producen la suficiente leche como para poder amamantar convenientemente a sus pequeños y que, por eso, es mejor comenzar dándole alimentos preparados, obviando de plano la opción natural de dar el pecho. Muy al contrario, casi todas la mujeres están perfectamente preparadas para poder atender a sus hijos en cantidades óptimas de leche y en perfectas condiciones. De hecho, amamantar a tu bebé de forma temprana provocará que el suministro de leche que le aportas sea cada vez mayor.
Llegamos a uno de los mitos más controvertidos: ¿Amamantar acaba con la vida sexual de la pareja? La respuesta es que en absoluto. Para evitar pequeñas filtraciones de leche durante tus relaciones sexuales puedes usar un sostén con almohadillas o alimentar a tu bebé antes de practicar sexo. Sin embargo, sí es cierto que la vagina puede sentirse un poco más seca de lo normal debido a las hormonas de la lactancia, pero esta es una eventualidad que un poco de lubricante, y paciencia, se resolverá sin mayores complicaciones.
“La lactancia materna duele”. Otra de las habladurías más corrientes. Y, de nuevo, esto no debería suceder en ningún caso. Si experimentas dolor en tus senos o pezones, por lo general, se deberá a que tu bebé no está en la posición correcta o no lo estás sujetando bien. Puedes preguntar a tu matrona para que te asesore a la hora de amamantar a tu bebé y poder corregir posibles malas posiciones a la hora de alimentar al niño. Existen talleres de lactancia en nuestros centros sanitarios en los que te pueden ayudar y realizar una puesta en común con otras mamás en la misma situación. No nacemos sabiendo, tampoco en estos casos.
Es posible que, en cambio, tus pezones sean planos o invertidos y, debido a esto pienses que para ti es imposible dar el pecho. Deberías saber que, pese a los múltiples tamaños y formas de los pezones que existen, tu bebé encontrará la forma de amoldar su boca a ellos, sean del tamaño o forma que sea, para extraer la leche que necesita. Además existen alternativas para estas mamás en las farmacias como son las pezoneras que facilitan mucho la lactancia al bebé. No des nada por perdido antes de haberlo intentado; te sorprenderás.
Pasados 6 meses, tu bebé podrá comenzar a tomar alimentos sólidos y, llegado el momento, es posible que pienses que ya no necesitará mamar más. Esta es otra leyenda, pues la lactancia, pasado este tiempo, va a seguir proporcionándote beneficios a ti y a tu pequeño. Existen evidencias que aclaran que la leche materna les ayuda a digerir los alimentos sólidos, además de protegerles de infecciones, aportarles un equilibrio aún mayor de nutrientes y mantener una ligazón afectiva y emocional que, sin duda, necesitan. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda llegar hasta los 2 años de vida para destetar al bebé.
Como conclusión, pensamos que es importante optar por la lactancia materna pero está claro que es una decisión personal de la madre el cómo alimentar a su bebé y ser conscientes de que existen alternativas saludables en la lactancia mixta y de fórmula.